Estoy cenando cereal con la leche tibia, mis traumas acerca de poder perder la voz y nunca volver a cantar por las cosas frías, persiste. Una mosca pegada en la pared.
No han pasado ni siquiera dos horas de nuestra última discusión y estoy escribiendo acerca de ello. ¿Por qué?
Hablabamos de como la poesía curaba todo, y aunque crees que es mejor confesarte con tu buena poesía, no sabes, que tu sinceridad es más grande que el papel.
Estás en otro país leyéndome, diciéndome con lagrimas, absolutamente nada.
Recuerdo el día que fuimos por primera vez al cine y lloraste, te recargaste sobre mi, el viejito de la película había encontrado al amor de su vida al ser sincero, finalizando con la frase: "cosechamos lo que sembramos", mientras tu sollozo empañaba mi oído.
Me reía de nuestra situación, dos personas sentadas en una sala, completamente sola, hablando del éxito de un hombre de la tercera edad que intento suicidarse al comienzo del filme.
No teníamos miedo de discutir, de pensar mucho lo que nos íbamos a gritar algún día.
Cuando se gime no se piensa lo que se expulsa.
Estoy escuchando una canción que habla de como cambiamos al termino de cada verano, que si comparamos nuestros meses pasados, ahora somos otros, nos vestimos diferentes, como portadas de revista. En un ritual de cambio bimestral.
Así como el día que te conocí, el primer día del mes, y no querías besarme por miedo a enamorarte.
Bailo diferente, antier tenía miedo de decírtelo, de confesarte que lo note frente al espejo del nuevo salón de danza.
Ocultando todo detrás de nuestros hechos, de nuestros pies.
Creo que si te desnudas podrás revelar cuanto ejercicio has hecho, o lo poco que pensaste al rascarte muy fuerte o simplemente que el tatuaje que te hiciste se está destiñendo minuto a minuto. Diciendo quien eres. Persistiendo.
Igual que tú. Igual que yo.
Hace ya una hora desde que te vi llorando bajo el retrato "pop art" (una mujer en llanto), que pusiste en la decoración.
Refracción.
Imaginas que no memorizo las cosas, pero simplemente supones.
Te quejabas sobre el cansancio semanal y yo sobre tu actitud. Minutos antes me cantabas "Un poco más".
También he sido cínico, real y sincero.
Hoy empieza Mayo. Cumpliré otro año pronto y no haré una fiesta.
Celebraremos, para poder conocernos de nuevo.
Las moscas cuando alcanzan su madurez viven alrededor de 48 horas.
Sólo espero que nada de esto se te olvide dos días después.
No memorizaremos, aprenderemos.